El sistema se estrena en Ebersberg (Alemania) y alarga de 10 a 16 segundos la duración de la luz verde.
Hace tres años, Thomas John, un activo ciudadano de Ebersberg, una pequeña ciudad bávara de 12.000 habitantes, tuvo una visión que lo cautivó. En una calle céntrica de la ciudad de Singapur, John observó que numerosos ancianos y personas con dificultades para caminar, cada vez que se disponían a cruzar la calle, utilizaban un chip que alargaba el tiempo que dura la luz verde de los semáforos.
“El procedimiento me fascinó y comencé a averiguar quién era el fabricante del chip”, dijo John a El País, durante una conversación telefónica. “Resultó ser una firma alemana”.
De regreso en Ebersberg, John buscó el apoyo de las autoridades de la ciudad para implantar en la ciudad el uso del famoso chip. Los trámites duraron dos años y la semana pasada, la ciudad celebró con orgullo el uso del chip, que alarga de 10 a 16 segundos la duración de la luz verde de dos semáforos ubicados en sendos cruces estratégicos de la principal avenida de la ciudad.
“En todo el mundo hay solo tres ciudades que utilizan este método: Hong Kong, la ciudad de Singapur y Ebersberg. En Singapur, ya es una práctica común. Así que me dije a mí mismo, cuando llegue a casa, lo comprobaré", dijo John. "Tenemos una situación de tráfico extrema en Ebersberg. Alrededor de 14.000 vehículos circulan por la ciudad todos los días”.